Vete, Pipi y los bordillos del destino

Fin de semana para olvidar. Esta es la frase más repetida en mi mente desde que tengo uso de cazón (ah no, esi ye Jaws), de razón matista. Tras un viernes llevadero en la semana negra, el sábado fue un Alpe d’Huez para mis maltrechas neuronas. Qué deciros lo que me mola tar sentau en los bordiús de Luanco waiting for the bus de 8 a 10 de la mañana, qué deciros de lo que seduce llegar a casa a las 11 de la mañana con un sol de justicia y una empaná en el estómago fomentando la acidez en todo mi ser, qué deciros de lo que me llena despertar después de 30 segundos de reparador sueño con un sudá de here i wait for you, qué deciros… Pues salvo ese pequeño detalle, por lo demás, paselo como una mosca en la boca un etíope, una guerra de boles de bruma, un poco cabárceno, un poco furacu y un poco “to nose” en los bordillos. Este post no va a entrar más en detalle acerca de lo que pasó o pudo pasar en la noche, ya que, por quejas, amenazas y de más bravuconadas temo por mi integridad física. Muchas han sido las críticas que me han llovido desde todos los frentes por posts anteriores, mucha ha sido la presión a la que me he visto sometido ante los ataques sin cuartel sufridos. Por tanto, a partir de ahora mi blog se limitará a contar los métodos de fagorización del ser humano y otros temas de interés para esos fieles lectores que desde la distancia quieren saber de nuestras desventuras (i’m so sorry folks). Y nunca olvidéis que, en general, mató un hombre a una mujer. À plus!!


0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home