Pa tener la peana fresca

Saludos cordiales. Siguiendo con el reapso a la historia del calzado, no puedo dejar pasar la oportunidad de recordar a las ahora olvidadas, pero otrora veneradas alpargatas de camping. Sí muCHACHOs, quién no ha sufrido en silencio tener que gastar semejante aberración en su peana? quién no ha sufrido el dolor infame provocado en to lo que ye la zona del empeine, sólo equiparable al que se siente cuando la lengueta los victoria (a los q dedicaré otro capítulo) te quedaba toa enrroscá? Tampoco podemos olvidar la increíble sensación que producía saltar de una altura de un metro sobre el asfalto, cuando se te respigaban hasta los pelos de la nuca, porque eses alpargates, no teníen suela, era una especie de protección similar a la que usen los negratas pa correr delante el león, que si bien te hacer ser ligero como una pluma y volar sobre el asfalto sin apenas tocarlo, no se caracterizan por sus cualidades protectoras a la hora de hacer un poco el indio esgatiando per-i. La verdad, creo que lo único bueno de tan bello calzado, era ese color blanco nuclear cuando les estrenabes o esa sensación de libertad cuando te empezaba a asomar la juña del deu gordu haciendo efecto de rotura en tejanos gastaos. Este post, por tanto, va dedicado a ellas, para que no caigan en el olvido y podamos seguir viendo a todo campista caminar feliz con elles toes descalcañaes. God save the alpargata!!.

Fé de errata --> Ya sé que les de la foto no son les auténtiques, pero q se va a hacer, no tengo tiempu a ir al conomato a sacallos una afoto.